POBREZA ENERGÉTICA EN COMBUSTIBLES COMPRENDE A 45.7% DE LA POBLACIÓN
De acuerdo a César Gutiérrez las cifras de pobreza le han sido adversas al precario gobierno de Dina Boluarte: mientras el INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática) anunciaba que en el 2023 la pobreza monetaria alcanzaba al 29% de la población y la extrema el 5.7% –cifras difundidas ampliamente–, la gremial empresarial de los exportadores, Comex, publicaba que la pobreza multidimensional era del 33.2%, que es la que considera la privación de acceso a determinados servicios.
Vale la pena entrar al detalle de los combustibles contaminantes; se está refiriendo a carbón y leña. Tener al 45.7% de la población usándolos dice muy mal de una economía donde desde el 2012 nos vienen repitiendo la monserga del ingreso al grupo de países de la OECD (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico). Si se agudiza más el análisis se tiene que los usuarios de estos combustibles son el 34.0% en áreas urbanas y el 93.7% en zonas rurales.
Esta información de la pobreza multidimensional es importantísima para la toma de decisiones en las políticas de Estado. Es más que evidente que un manejo responsable debe apuntar al reemplazo de carbón y leña en zonas rurales, y eso se hace con el gas licuado de petróleo (GLP), pues el tendido de redes de gas natural sería demasiado costoso.
Es hora de que la participación ciudadana se sume a enmendar rumbos.