Es positivo que en la agenda pública se empiece a visibilizar el problema de la pobreza energética, considerando que 2 millones 500 mil hogares en el Perú se ven afectados en su salud y, además, se perjudica el medioambiente (humos tóxicos y deforestación) por cocinar con leña, carbón, bosta, cartón, zapatos, etc. ya que no tienen recursos para acceder a un energético más limpio como el gas licuado de petróleo-GLP.

Actualmente existe el Programa Vale FISE que con recursos del Fondo de Inclusión Social-FISE (cuyos aportes vienen de las empresas del sector energía), puede subvencionar a 1 millón 300 mil hogares vulnerables y a más de 60 mil programas sociales (Ollas Comunes, Comedores Populares, Qali Warma) parte del valor de un balón de GLP para cocinar.

Este es un importante esfuerzo pero no es suficiente; por ello se requiere ampliar y fortalecer este programa para cubrir a los hogares que están en pobreza energética.